
Rosario, Canuto y Emilio son tres maestros comunitarios que durante la pandemia han hecho un esfuerzo extraordinario para que sus estudiantes no abandonen la escuela. Desde hace 22 años imparten clases en preescolar y primaria en español y en tzeltal que es la lengua predominante en la región. Han tenido que adaptarse a esta nueva modalidad de compartir sus conocimientos sabiendo que las principales instituciones educativas del estado no van a brindarles mejores condiciones para seguir garantizando el derecho a la educación de sus alumnas y alumnos.
Con un apoyo económico mensual de tan sólo $3500 por parte de la Secretaria de Educación del estado de Chiapas estos docentes hacen día con día una labor enorme, se han organizado para elaborar los materiales necesarios adoc al contexto de sus estudiantes y de las comunidades en las que viven; la Secretaría les solicita evidencias del trabajo que realizan, niñas y niños deben usar cubre bocas y gel antibacterial en todo momento, insumos que deben salir del bolsillo de los profesores para poder realizar sus actividades al menor riesgo de contagio posible. Los lunes y martes repasan temas, resuelven dudas revisan y dejan tareas con sus alumnos y alumnas con la finalidad de apoyarlos y que el trabajo en casa sea menos complicado y tengan un acompañamiento en el proceso de aprendizaje ya que en la mayoría de los hogares los padres son analfabetos y no pueden ayudar a sus hijos e hijas con las tareas escolares.

El maestro Emilio o como le dicen y conocen de cariño “Milo” por las mañanas va a trabajar a su milpa o la de uno de sus familiares para ganar un poquito de dinero, llega como a las 12pm toma su pozol, sus frijolitos y a las 2pm del día jueves se prepara para dar su clase. Además de sus actividades de lunes y martes, los jueves y con la ayuda del televisor que se donó a la comunidad refuerza los contenidos trabajados previamente. Con la asesoría de Milo el equipo de Xilotl recaba material didáctico posteriormente él explica la mayoría de los contenidos en tzeltal para que puedan comprender mejor las temáticas impartidas.
El maestro Canuto afirma que con la pandemia todo cambio, durante este año y medio niñas y niños han tenido una libertad absoluta: “olvidaron sus libros, costó mucho trabajo que entregaran o realizaran sus tareas por lo mismo del bajo nivel educativo que hay con sus padres, nosotros teníamos que buscar estrategias para apoyarlos buscando un familiar que si supiera leer y escribir y estuviera al pendiente del alumno, incluso si observábamos que ya no asistían íbamos hasta su casa a platicar con su familia, lo que no hace un maestro federalizado, ellos solo entregaban y recogían tareas y se iban de la comunidad, sin ver todo el contexto al que se enfrentan sus estudiantes”.

Por su parte el maestro Rosario que imparte clases a alumnos de sexto de primaria menciona que “hace falta mucha concientización por parte de los padres de familia, se necesita que se les motive a los alumnos para que vean más interesante la escuela”. Los tres maestros comunitarios aceptaron la idea del equipo de Xilotl para instalar un espacio recreativo para que niñas y niños cuenten con un lugar sano para desenvolverse y divertirse. Tienen la esperanza que poco a poco se pueda gestionar más materiales audiovisuales, libros, folletos, películas, para motivar a niñas, niños y adolescentes a concluir sus estudios. Consideran que es necesario establecer planes de acción correctivos y preventivos en el sistema educativo, para que sepan cómo actuar ante presentes y futuras adversidades y sobre todo trabajar para sentar las bases de un sistema educativo inclusivo, libre de discriminación que responda a las necesidades de cada región y contexto.